Sábado de la XV Semana


1 Cor 4,17-21;5,1-5: Hermanos, os he enviado a Timoteo, hijo mío querido y fiel en el Señor, el cual os recordará mis normas de conducta en Cristo Jesús, conforme las enseño por doquier en todas las iglesias. Pensando que yo no iré a visitaros, algunos se han engreído. Mas iré pronto a visitaros, si Dios quiere; y entonces conoceré no las palabras de los orgullosos, sino su poder; pues el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder. ¿Qué queréis? ¿Que vaya a visitaros con un palo o con amor y espíritu de mansedumbre? Se oye decir en todas partes que hay entre vosotros un caso de inmoralidad; y una inmoralidad tal que no se da ni entre los gentiles: uno convive con la mujer de su padre. ¿Y vosotros seguís tan ufanos? Estaría mejor ponerse de luto y expulsar de entre vosotros al que ha hecho eso. Pues lo que es yo, ausente en el cuerpo, pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en el nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús entregar al que ha hecho eso en manos de Satanás; para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el día del Señor.



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española