Lc 20,46-47;21,1-4: Dijo el Señor a sus discípulos: «Guardaos de los escribas, que gustan de pasear con amplias y ricas túnicas y son amigos de ser saludados en las plazas y de ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; devoran las casas de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Estos recibirán una condenación más rigurosa». Alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo: «En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga».
Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española