Sábado de la XXXIII Semana


2 Tim 2,11-19: Hijo, Timoteo, es palabra digna de crédito: Pues si morimos con él, también viviremos con él; si perseveramos, también reinaremos con él; si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo. Esto es lo que has de recordar, advirtiéndoles seriamente delante de Dios que no discutan sobre palabras; no sirve para nada y es funesto para los oyentes. Procura con toda diligencia presentarte ante Dios como digno de aprobación, como un obrero que no tiene de qué avergonzarse, que imparte con rectitud la palabra de la verdad. Evita las charlatanerías profanas, pues conducen a una impiedad cada vez mayor, y su palabra se propagará con efectos tan corrosivos como la gangrena. Entre ellos están Himeneo y Fileto, los cuales se desviaron de la verdad al decir que la resurrección ya ha acontecido, y trastornan la fe de algunos. Mas el sólido fundamento de Dios ha permanecido firme, teniendo este sello: «El Señor conoció a los que son suyos» y «Aléjese de la iniquidad todo el que invoca el nombre del Señor».



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española