Flp 1,12-20: Hermanos, quiero que sepáis que mi situación personal ha favorecido más bien el avance del Evangelio, pues la gente del pretorio y todos los demás ven claro que estoy preso por Cristo. De este modo la mayoría de los hermanos, alentados por mis cadenas a confiar en el Señor, se atreven mucho más a anunciar sin miedo la Palabra. Algunos anuncian a Cristo por envidia y rivalidad; otros, en cambio, lo hacen con buena intención; estos porque me quieren y saben que me han encargado de defender el Evangelio; aquellos proclaman a Cristo por rivalidad, con intenciones torcidas, pensando hacer más penosas mis cadenas. ¿Qué más da? Al fin y al cabo, de la manera que sea, con hipocresía o con sinceridad, se anuncia a Cristo, y yo me alegro, y seguiré alegrándome. Porque sé que esto será para mi bien gracias a vuestras oraciones y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo. Lo espero con impaciencia.
Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española