Pequeñas Completas


Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros. Amén.


Gloria a ti, Dios nuestro gloria a ti. Rey del cielo… Santo Dios… Santísima Trinidad… Señor ten piedad (3 veces) Padre nuestro. Por las oraciones… Señor ten piedad (12 veces) Venid adoremos…


Salmo 50


Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos. Por eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable; yo soy culpable desde que nací; pecador me concibió mi madre. Tú amas la sinceridad del corazón y me enseñas la sabiduría en mi interior. Purifícame con el hisopo y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Anúnciame el gozo y la alegría: que se alegren los huesos quebrantados. Aparta tu vista de mis pecados y borra todas mis culpas. Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti. ¡Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío, y mi lengua anunciará tu justicia! Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu contrito, Tú no desprecias el corazón contrito y humillado. Trata bien a Sión, Señor, por tu bondad; reconstruye los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios rituales, las oblaciones y los holocaustos, y se ofrecerán novillos en tu altar.


Salmo 69


Líbrame, Dios mío! ¡Señor, ven pronto a socorrerme! Que se avergüencen y sean humillados los que quieren acabar con mi vida. Que retrocedan confundidos los que desean mi ruina; que vuelvan la espalda avergonzados los que se ríen de mí. Que se alegren y se regocijen en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que desean tu victoria: "¡Qué grande es nuestro Dios!". Yo soy pobre y miserable: ven pronto, Dios mío; Tú eres mi ayuda y mi libertador, ¡no tardes, Señor!


Salmo 142


Señor, escucha mi oración, atiende a mi plegaria; respóndeme, por tu fidelidad y tu justicia. No llames a juicio a tu siervo, porque ningún ser viviente es justo en tu presencia. El enemigo me persiguió a muerte, aplastó mi vida contra el suelo; me introdujo en las tinieblas, como a los muertos de hace muchos años. El aliento se extingue en mi interior, mi corazón desfallece en mi pecho. Me acuerdo de los tiempos pasados, medito todas tus acciones; considero la obra de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: suspiro por ti como tierra reseca. Respóndeme en seguida, Señor, porque estoy sin aliento. No me ocultes tu rostro, para que yo no sea como los que bajan a la fosa. Que yo experimente tu amor por la mañana, porque confío en ti; indícame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. Líbrame, Señor, de mis enemigos, porque me refugio en ti; enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu espíritu bondadoso me conduzca por una tierra llana. Por amor de tu Nombre, Señor, consérvame la vida. Por tu justicia, sácame del peligro; por tu fidelidad, destruye a mi enemigo; aniquila a mis opresores, porque yo

soy tu servidor.


Gloria al Padre... Ahora y siempre... Aleluya, Aleluya, Aleluya, Gloria a ti, oh Dios, (2 veces) Aleluya, Aleluya, Aleluya, Gloria a ti, oh Dios, esperanza nuestra, gloria a ti. Señor ten piedad (3 veces) Gloria al Padre.... Ahora y siempre...


DOXOLOGÍA


Gloria a ti que nos muestras la Luz.


Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.


Te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias por tu gran gloria.


Oh Señor, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso; Señor, Hijo unigénito Jesucristo, y el Espíritu Santo.


Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.


Tú que quitas los pecados del mundo, recibe nuestra oración. Tú que estás sentado a la diestra del Padre, ten piedad de nosotros.


Porque sólo Tú eres santo, sólo Tú eres Señor. Sólo Tú, Jesucristo, eres altísimo en la gloria de Dios Padre. Amén.


Día a día te bendeciré, y alabaré tu nombre por los siglos de los siglos. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.


Yo dije: Señor, ten piedad de mí, sáname porque he pecado contra ti. Señor, a ti acudo, enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios.


Porque en ti está la fuente de la vida, tu luz nos hace ver la luz. Haz descender tu misericordia sobre los que te conocen. Haznos dignos, oh Señor, de guardar esta noche sin pecado.


Bendito eres, Señor Dios de nuestros padres, y alabado y glorificado sea tu nombre por los siglos de los siglos. Amén.


Señor, que tu misericordia descienda sobre nosotros como lo esperamos de ti.


Bendito seas. Señor, enséñame tus mandamientos. Bendito seas, Maestro, hazme entender tus mandamientos. Bendito seas, oh Santo, ilumíname con tus mandamientos.


Que tu misericordia, Señor, perdure para siempre, no desprecies la obra de tus manos.


Porque a ti se debe la alabanza y la adoración y a ti pertenece la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


CONFESIÓN DE FE


Creo en un único Dios, Padre Todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible y lo invisible. Y en un único Señor, Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, engendrado por el Padre antes de todos los siglos, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, consustancial al Padre, por quien todo fue hecho. Que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó de los cielos, y se encarnó del Espíritu Santo y María, la Virgen, y se hizo hombre. Y fue crucificado por nosotros bajo Poncio Pilatos, padeció, y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras. Y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre, y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado, y que habló por los profetas. Y en una única Iglesia, Santa, Católica y Apostólica. Reconozco un único bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida en el mundo futuro. Amén.


Si se hace un canon se hace en este momento.


Verdaderamente es digno y justo ensalzarte a ti, siempre Santa e Inmaculada, Madre de Dios. Más honorable que los Querubines e incomparablemente, más gloriosa que los Serafines, Tú que sin mancha has engendrado al Logos de Dios, a ti, que verdaderamente eres la Madre de Dios, te magnificamos.


Santo Dios… Santísima Trinidad… Señor ten piedad (3 veces) Padre nuestro. Por las oraciones…


Entonces se canta el tropario del día o los siguientes:


Tono 4º


Dios de nuestros Padres, que siempre nos tratas según tu clemencia, no apartes de nosotros tu misericordia, sino que por sus intercesiones guía nuestra vida en la paz.


Por todo el mundo, como de lino y de púrpura, se ha adornado tu Iglesia de la sangre de los Mártires, y por medio de ellos clama a ti, Cristo Dios: ¡Se compasivo con tu pueblo, da la paz a tu heredad y a nosotros tu infinita misericordia!


Gloria al Padre…


Condaquio, tono 8º


Con los Santos haz morar, oh Cristo, el alma de tus siervos, donde no hay tristeza, ni dolor, ni angustia, sino vida eterna.


Ahora y siempre…


Tono 1º


Por la intercesión, Señor, de todos los santos y de la Madre de Dios concédenos tu paz, y ten piedad de nosotros, pues eres el único Compasivo.


Los sábados por la noche en este momento se canta el Hipacoe en el tono apropiado.


Señor ten piedad (40 veces)


Y la siguiente oración:


Tú que en todo tiempo y a toda hora tanto en el cielo como en la tierra eres adorado y glorificado, oh Cristo Dios, infinitamente paciente, lleno de amor y de misericordia; Tú que amas a los justos y tienes piedad de los pecadores; Tú que llamas a todos a la salvación, prometiendo los bienes futuros; oh Señor, recibe en esta hora, nuestras súplicas, y dirige nuestras vidas según los caminos de tus mandamientos. Santifica nuestras almas, purifica nuestros cuerpos, guía nuestros pensamientos, purifica nuestras intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y dolencia. Protégenos con la defensa de tus santos Ángeles, para que con su poder seamos guiados y protegidos a fin de llegar a la unidad de la fe y al conocimiento de tu inaccesible gloria, porque eres bendito y glorificado por los siglos de los siglos. Amén.


Señor te piedad (3 veces) Gloria al Padre… Ahora y siempre…


Más honorable que los Querubines e incomparablemente, más gloriosa que los Serafines, Tú que sin mancha has engendrado al Logos de Dios, a ti, que verdaderamente eres la Madre de Dios, te magnificamos.


Que Dios tenga compasión de nosotros y nos bendiga, que haga resplandecer su rostro sobre nosotros y nos conceda su misericordia. Amén


Señor, ten piedad. (12 veces)


¡Santísima Madre de Dios, sálvanos, ayúdanos y protégenos!


ORACIÓN A LA MADRE DE DIOS


Por Pablo, monje del Monasterio de la Benefactora


Oh Señora, Virgen Purísima, Novia de Dios Inmaculada! Tú, que con tu alumbramiento milagroso, has unido al Logos de Dios con la humanidad; y has ligado nuestra naturaleza caída con los Seres Celestiales. Tú que eres la única esperanza de los desesperados, ayuda de los oprimidos, rápida protección para aquellos que acuden a ti; ¡Oh Refugio de todos los Cristianos! No me desprecies a mí pecador, envilecido enteramente por los viciosos pensamientos, palabras y obras; que he llegado a ser, por falta de voluntad, un indigno siervo y esclavo de los placeres mundanos. Mas, como Tú eres la Madre de Dios el amante de la humanidad, ten compasión y apiádate de mí, tu siervo pródigo y pecador; y acepta de mis labios impuros las súplicas que te ofrezco. Y por medio de la influencia maternal que tienes con tu Hijo, nuestro Soberano y Señor, ruégale para que abra sobre mí las alas de su filantropía, su compasión y su Bondad; que perdone mis innumerables transgresiones y mueva mi corazón al arrepentimiento, y me haga un fiel cumplidor de sus Mandamientos. Que esté siempre a mi lado; ¡Oh Misericordiosa, Compasiva y Bondadosa! Y Protégeme, en esta vida presente, con el fervor de tu intercesión y ayuda, alejando de mí las asechanzas de los adversarios y condúceme a la salvación. Y en la agonía de mi pobre alma, apresúrate a rodearme, apartando y dispersando las visiones de los malos espíritus. En el terrible día del juicio, líbrame de los castigos eternos y de los sufrimientos perpetuos; y preséntame como heredero del honor indescriptible de la gloria de tu Hijo Nuestro Dios, que obtendré por tu mediación y ayuda, ¡Santísima, Soberana mía, Madre de Dios! Por la gracia, la compasión y el amor a la humanidad de tu Hijo Unigénito, Nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo a quien es debida toda gloria, honor y adoración, junto a su Padre Eterno y su Santísimo, Bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


Por Antioco, monje del Monasterio de Pandectis


Y concédenos, ¡oh Soberano!, al acostarnos, el reposo del alma y del cuerpo, guárdanos del sueño vil del pecado y del tenebroso placer nocturno. Apacigua los asaltos de las pasiones, apaga los dardos ardientes del maligno, lanzados insidiosamente contra nosotros. Calma las agitaciones de nuestra carne y adormece nuestros ilusorios pensamientos terrenales. Danos, oh Dios, una mente en alerta, un pensamiento puro, un corazón despierto y un sueño apacible libre de toda imaginación diabólica. Y levántanos en la hora de la oración, firmes en tus Mandamientos, manteniendo siempre en nuestras almas el recuerdo de tus preceptos. Concédenos palabras para glorificarte toda la noche, alabando, bendiciendo y glorificando tu honorabilísimo y majestuoso Nombre; Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


¡Gloriosa, bendita Madre de Dios y siempre Virgen María! presenta nuestra oración a tu Hijo y nuestro Dios, y ruégale que salve nuestras almas.


ORACIÓN DE SAN JOANICIO


El Padre es mi esperanza, el Hijo es mi refugio y el Espíritu Santo es mi fortaleza; ¡Santísima Trinidad, Gloria a ti!


En ti he puesto toda mi esperanza, oh Madre de Dios, guárdame bajo las alas de tu protección.


En ti, oh llena de Gracia, se regocija toda la creación en compañía de los Ángeles y de la humanidad. Templo sagrado, Paraíso espiritual y orgullo de las Vírgenes; porque en ti se ha encarnado Dios y se ha hecho Niño, Él, nuestro Dios, que existe desde antes de todos los siglos y al que no puede contener los cielos, ha hecho de tu seno su trono. En ti, oh Llena de Gracia, toda la creación se regocija. Gloria a ti.


ORACIÓN AL ÁNGEL GUARDIÁN


Ángel santo, que custodias mi atribulada alma y mi impetuosa vida, no me abandones a mí, pecador, ni te apartes de mí por culpa de mi intemperancia. No des al demonio malintencionado lugar a que pueda prevalecer sobre mi cuerpo mortal. Dale fuerza a mi pobre y débil mano y guíame por el camino de la salvación. Sí, santo Ángel de Dios, custodio y protector de mi desdichado cuerpo y de mi alma atribulada: perdóname por todo lo que te he ofendido durante todos los días de mi vida, y todos los pecados que he cometido durante este día. Protégeme durante la noche presente y guárdame de toda tentación del enemigo, a fin de que no incurra en la ira de Dios a causa de pecado alguno. Ruega al Señor por mí, que me afiance en su temor, y hazme, a mí su siervo, digno de su bondad. Amén.


Alégrate, Virgen madre de Dios, el Señor está contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre; porque has dado a luz al Salvador de nuestras almas. (3 veces)


Señor, ten piedad (3 veces). Gloria al Padre… Ahora y siempre…


Después cantamos el siguiente teotoquio:


Tono 1º: Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desoigas las suplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien dígnate a acogerlas favorablemente, oh Virgen gloriosa y bendita.


Martes y jueves por la noche,


Tono 1º: Viéndote injustamente torturado, oh Cristo, tu purísima Madre exclamaba llena de dolor: oh dulcísimo Hijo mío, como es que sido juzgado injustamente, como es que Tú que has suspendido la tierra sobre las aguas estás ahora suspendido sobre el madero. Te ruego, pues, no me dejes sola, a mí Tu Madre y Doncella.


Los sábados por la tarde o cuando se hace el Oficio de Vigilia, se canta: 


Tono 3º: Asombrado por la belleza de tu virginidad y la hermosura radiante de tu pureza, Gabriel exclamó ante ti, oh Madre de Dios: ¿Qué himno podré ofrecerte que sea digno de ti? ¿Y cómo podré llamarte? Estoy indeciso y asombrado, por ello, como me ha sido ordenado, te digo: ¡Alégrate, llena de Gracia!


Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.


ORACIÓN DE INTERCESIÓN


Perdona, Señor, a los que nos odian y nos oprimen. Haz el bien a los que hacen el bien. Concede a nuestros hermanos y parientes todos los medios para la salvación y vida eterna. Visita a los que están enfermos y concédeles la salud y pronto restablecimiento. Acompaña a los que viajan por tierra, mar y aire. Perdona los pecados a los que nos sirven y son compasivos con nosotros. Y según tu gran misericordia, ten piedad de los que nos encomendaron a nosotros, que aunque indignos rezáramos por ellos. Acuérdate, Señor, de nuestros padres y hermanos difuntos y concédeles el descanso donde brilla la luz de tu Rostro. Acuérdate, oh Señor, de nuestros hermanos cautivos y líbralos de todo sufrimiento. Acuérdate, Señor, de los que traen los frutos de la tierra y de los que hacen buenas obras con tus santas Iglesias y concédeles todos los medios de la salvación y vida eterna. Acuérdate, Señor, de nosotros pecadores, humillados e indignos siervos tuyos; y alumbra nuestras mentes con la luz de tu Sabiduría, conduciéndonos por los caminos de tus Mandamientos. Por las oraciones de tu Purísima Madre, nuestra Soberana Señora la Santísima Madre de Dios y Siempre Virgen María y de todos los santos, porque eres bendito por los siglos de los siglos. Amén.