XXXII Domingo


1 Tim 4,9-15: Hijo mío, Timoteo, es palabra digna de crédito y merecedora de total aceptación. Pues para esto nos fatigamos y luchamos, porque hemos puesto la esperanza en el Dios vivo, que es salvador de todos, sobre todo de los que creen. Ordena estas cosas y enséñalas. Que nadie te menosprecie por tu juventud; sé, en cambio, un modelo para los fieles en la palabra, la conducta, el amor, la fe, la pureza. Hasta que yo llegue, centra tu atención en la lectura, la exhortación, la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado por intervención profética con la imposición de manos del presbiterio. Medita estas cosas y permanece en ellas, para que todos vean cómo progresas.



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española