En la Hora Sexta
Zac 8,7-17: «Esto dice el Señor del universo: Aquí estoy yo para salvar a mi pueblo de Oriente a Occidente. Los traeré y vivirán en Jerusalén; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios en fidelidad y justicia». «Esto dice el Señor del universo: ¡Ánimo, los que escuchasteis aquellos días las palabras de los profetas presentes cuando echaron los cimientos del templo y del santuario del Señor del universo! Antes de aquellos días, el salario de la gente nada valía; el rendimiento del ganado era nulo, y el que luchaba no conseguía la paz frente al enemigo. Y yo había enfrentado a unos contra otros. Pero ahora ya no estoy en la misma actitud que antes con el resto de este pueblo —oráculo del Señor del universo—, pues la semilla de paz será: la viña da fruto, la tierra da su producto y los cielos dan rocío, y comparto todo esto con el resto de este pueblo. Sucederá que así como fuisteis maldición entre los pueblos, casa de Judá y casa de Israel, lo mismo os salvaré y seréis bendición. No temáis. ¡Que se fortalezcan vuestras manos!». «Esto dice el Señor del universo: De la misma forma que planeé el mal contra vosotros, a causa de la cólera que me produjo el comportamiento de vuestros padres —dice el Señor del universo—, y no me arrepentía, de la misma forma, ahora cambio de actitud y planeo hacer el bien a Jerusalén y a la casa de Judá. No temáis». Esto es lo que tenéis que hacer: Deciros la verdad unos a otros; sí, la verdad. Que vuestros juicios sean de paz y justicia; que nadie ande pensando hacer mal a su vecino; que nadie disfrute jurando falsamente, pues odio todas estas cosas, palabra del Señor.
En Vísperas
Zac 8,19-23: «Esto dice el Señor del universo: El ayuno del cuarto, del quinto, del séptimo y del décimo mes se convertirán en gozo y alegría, y tendréis unas fiestas solemnes; apreciaréis la fidelidad y la paz». «Esto dice el Señor del universo: Vendrán igualmente pueblos y habitantes de grandes ciudades. E irán los habitantes de una y dirán a los de la otra: Subamos a aplacar al Señor; yo también iré a contemplar al Señor del universo. Y vendrán pueblos numerosos, llegarán poderosas naciones buscando al Señor del universo en Jerusalén y queriendo aplacar al Señor». «Esto dice el Señor del universo: En aquellos días, diez hombres de lenguas distintas de entre las naciones se agarrarán al manto de un judío diciendo: “Queremos ir con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros”».
Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española